Hacia una batería de flujo revolucionariamente barata

Cortesía de NCYT / Amazings (noticiasdelaciencia.com)

El viento y el sol pueden liberar grandes cantidades de energía, pero normalmente esta solo puede ser recolectada cuando hace viento y el sol brilla. La energía excedente se puede almacenar para un uso posterior, pero el coste de las instalaciones necesarias para ello siempre ha sido una limitación. Unos investigadores están trabajando para cambiar eso al crear un nuevo tipo de tecnología para batería de flujo que permitirá la captura y almacenaje de energía a través de compuestos orgánicos.

 Las baterías de flujo almacenan la energía en fluidos químicos contenidos en tanques externos en vez de hacerlo dentro de la propia caja de la batería. La cantidad de energía que se puede almacenar está limitada solo por el tamaño que se les dé a los tanques. El diseño permite que grandes cantidades de energía sean almacenadas a un costo menor que con las baterías tradicionales. Abaratar aún más el costo de fabricación y/o mantenimiento de una batería de flujo a través de innovaciones de diseño es la vía que han escogido unos científicos de la Universidad Estatal de Grand Valley (GVSU) en Allendale, Michigan, Estados Unidos, y la empresa Vinazene con sede en la ciudad estadounidense de Ann Arbor.

 El equipo de Andrew Lantz, profesor de química en la citada universidad, está desarrollando un prototipo destinado a poner a prueba la eficacia de la nueva tecnología para baterías de flujo, y pronto dispondrá de resultados definitivos.

 Si todo va bien, esta tecnología puede representar un paso decisivo en la implantación a gran escala de centrales solares y parques eólicos.

 

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