Más de 2 mil casos de violencia sexual infantil atendidos por Corazones Mágicos

En los últimos trece años, la Asociación Corazones Mágicos ha documentado y atendido 2,153 casos de presunta violencia sexual infantil y juvenil, de los cuales el 97.17% corresponde a población que reside en el estado de Querétaro. Así lo dio a conocer Fernanda Lazo, presidenta de la asociación, durante el acto conmemorativo por el aniversario de esta organización que ha trabajado de forma constante para visibilizar, atender y prevenir una de las problemáticas más graves y silenciadas en la sociedad mexicana.

Fundada en 2012 por Fundación Vida Plena I.A.P., Corazones Mágicos nació con la misión de combatir la violencia sexual infantil en un clima de confianza, calidez y respeto a los derechos de niñas, niños y adolescentes, promoviendo su sano desarrollo y la construcción de una sociedad en paz. En estos 13 años, la asociación ha establecido cuatro líneas de acción fundamentales: rehabilitación psicológica y jurídica a las víctimas, prevención, capacitación a profesionales, e incidencia en políticas públicas.

El impacto del trabajo de esta organización es notable. A lo largo de su historia, ha brindado 54,347 servicios psicológicos especializados, incluyendo diagnóstico, terapia individual, intervenciones familiares, orientación, grupos terapéuticos y acompañamiento, así como 13,105 servicios jurídicos en trámites administrativos, gestiones y acompañamiento legal. Estas atenciones han beneficiado a 2,069 niñas, niños y adolescentes, además de 84 jóvenes de entre 18 y 21 años.

El análisis de los casos revela que el 62.17% de las víctimas son mujeres y el 37.81% son hombres. En cuanto a las edades, el 31% son menores de 6 años, el 40% tienen entre 7 y 12 años, el 25% son adolescentes de 13 a 17 años y un 4% corresponde a jóvenes entre 18 y 21 años. Esta distribución muestra que más del 70% de las personas atendidas son niñas y niños menores de 12 años, lo que confirma la extrema vulnerabilidad de la primera infancia ante este tipo de violencia.

Geográficamente, los casos provienen de 14 de los 18 municipios de Querétaro, con una fuerte concentración en el municipio capitalino, donde vive el 70.98% de las víctimas atendidas. Le siguen Corregidora con un 16.83% y El Marqués con un 6.31%. También se han recibido casos de otras entidades, principalmente Guanajuato, aunque también de San Luis Potosí, Ciudad de México, Guerrero e Hidalgo.

Fernanda Lazo señaló que, durante 2024, el 82.81% de la población atendida vivió abuso sexual infantil, mientras que el 17.19% fue víctima de prácticas abusivas sexuales. Una cifra particularmente alarmante es que 1 de cada 3 niñas, niños o adolescentes que acuden a Corazones Mágicos presenta sintomatología relacionada con violación, definida como cualquier forma de penetración anal o vaginal. Además, el 91.34% de los agresores identificados son hombres y el 8.66% mujeres, lo que rompe con algunos estereotipos sobre los perfiles de los abusadores.

“El abuso sexual infantil ha sido decretado por la ONU como el crimen encubierto más extendido de la humanidad. Detrás de cada número hay una historia que jamás debió existir. Nuestro trabajo nos ha permitido ver de cerca el daño profundo que esto causa no solo en las víctimas, sino en sus familias y en el tejido social”, expresó Lazo, haciendo un llamado urgente a sumar esfuerzos desde todos los sectores.

En su intervención, recordó que el trabajo de la asociación no solo se limita a la atención individual, sino que también busca transformar estructuras: capacitando a profesionales del sistema educativo y de salud, promoviendo reformas legales y generando conciencia colectiva sobre una problemática que muchas veces se invisibiliza por vergüenza, miedo o estigmas.

A 13 años de haber recibido a su primer paciente, Corazones Mágicos reafirma su compromiso de seguir siendo un espacio seguro y reparador para la niñez y juventud víctima de violencia sexual, al tiempo que insiste en la necesidad de una acción decidida y coordinada por parte de autoridades, instituciones educativas, comunidades y familias.

“El silencio ya no puede ser una opción. Proteger a la infancia no es solo una responsabilidad legal, es un deber moral de toda la sociedad”, concluyó Fernanda Lazo.

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