¡NI DIABLOS NI TIGRES DECIDEN UNA ELECCIÓN!

TRAS LA VERDAD

En un país en el que se vive en libertad, cuyo régimen político es emanado de un sistema democrático, solo los votos de la mayoría de las y los ciudadanos deciden quien gana y quien pierde una elección constitucional. El domingo próximo podrán salir poco más de 89 millones de mexicanas y mexicanos a hacer efectivo su derecho a votar para elegir al Presidente de la República, 300 diputados federales y 32 fórmulas de senadores, más otros miles de cargos de elección popular en 30 Estados en los que serán votados 9 gobernadores, presidentes municipales y diputados locales, pasando por supuesto por la Ciudad de México, en la que, por primera vez, tendrán presidentes municipales y concejales en lugar de delegados. Una elección “monstruo” que será coordinada por el Instituto Nacional Electoral y los Oples de esos Estados.

No habrá diablos ni tigres que amenacen la elección, los votos serán recibidos por ciudadanas y ciudadanos, no por autoridades electorales; esos votos serán escrutados y contados por cerca de medio millón de ciudadanas y ciudadanos, que abrirán las casillas desde las 8 de la mañana, para cerrarlas a las 6 de la tarde, 10 horas continuas de trabajo que no es remunerado, por eso tampoco podrá hablarse de supuestos fraudes si pierde tal o cual candidato. Nada de fraude, ni imaginar que esos miles de mexicanas y mexicanas se pongan de acuerdo para restarle votos a quien diga que habrá fraude si pierde, todo porque las encuestas le han dicho que va a ganar. Solo los votos dan triunfos.

Estos 3 días de “calma chicha” son para que, los indecisos o aun habiendo decidido por quién van a votar, puedan “rumiar” a conciencia qué candidato conviene más a México, no qué candidato me va a dar una despensa con “gorgojos” traducida en dinero que podría recibir mensualmente si voto por esa opción. México no está para experimentos, los fracasos de países democráticos han caído en la decepción y desesperación al darse cuenta de que equivocaron su decisión por la vía democrática de la renovación electiva. México está para seguir creciendo, continuar esforzándose en subir sus niveles de vida para la mayoría de las y los mexicanos. Ni un paso atrás. Pero todo se puede lograr con un país unido, en paz, trabajando y mejorando los niveles de bienestar social. Ya basta de tanto sacrificio de las mayorías y poco de las minorías pudientes; el esfuerzo debe ser parejo. Nada de levantar la mano y esperar a que el gobierno dé o resuelva los problemas que no han querido enfrentar miles de gobernados su propio esfuerzo, si en cambio con la ilusión de que alguien les resuelva la vida. Eso no podrá suceder ni sucede en ningún país del mundo. Países con serias dificultades de espacio territorialidad, con la naturaleza en contra, han logrado salir adelante con unidad, solidaridad y trabajo, no con la “esperanza” de que el gobierno les soluciones las inequidades. En México, en cambio, hay todo y de todo, solo falta sumar esos elementos, unidad, solidaridad y trabajo para salir victoriosos y dejar atrás la miseria, el hambre, la inseguridad, la envidia, el odio, el atraso, en síntesis, la mediocridad de muchos.

Por eso es fundamental no equivocarse el día de la jornada electoral, y si bien es un derecho de los electores el acudir a votar, no se vale jugar con el futuro de los más de 130 millones de mexicanas y mexicanos que habitamos este hermoso país. Serán 46 millones, 209 mil, 837 mexicanas las que podrán hacer efectivo su derecho a votar sí como 42 millones, 913 mil, 518 hombres. En la Lista Nominal suman 89 millones, 123 mil, 355 electores y en manos de ellos está el resultado del triunfo y la derrota; ni los diablos ni el domado tigre podrán intervenir en los resultados, solo está en manos de aquellos que acudan a votar. Ya los partidos políticos hicieron sus cuentas y prestos están para la legal movilización que les garantice el triunfo electoral. Quienes se queden sentados en espera del resultado, seguirán sentados esperando la derrota. Lo interesante en estas elecciones, que las 3 alianzas electorales registraron más del 95% de representación en las casillas electorales, se les facilitó el trabajo al no haber doble casilla para captar votos en elecciones  federal, local y municipal, así ellos no registraron el doble de representantes en 2 casillas. Aunque el arduo trabajo quedará en manos de los integrantes de los miembros de las casillas, ellos, desde las 8 de la mañana, hasta las 6 de la tarde reciban los sufragios, para después hacer los trabajos de escrutinio y cómputo, resguardar las boletas, levantar las actas y llevar los paquetes electorales a los consejos distritales y municipales, en su caso; no hay tecnología que sustituya este trabajo, como neciamente lo propone uno de los aspirantes para la entrega anticipada de resultados preliminares. Ya lo dijo Lorenzo Córdova, no existe tecnología para adelantar resultados. Así que, todo ha sido legal y técnicamente calculado para su ejecución, el INE tiene ya la experiencia para realizar confiablemente la jornada electoral. No caben negativas y tendenciosas sospechas de un posible fraude electoral. Quienes ganen o pierdan la elección, lo hará por decisión democrática y popular de los electores ¡No cabe la sospecha de fraude electoral!

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