EL PAN Y SUS FANTASMAS ELECTORALES: ALFIL

TRAS LA VERDAD

Ramón Lorence Hernández, entonces Presidente del Comité Directivo Estatal del PAN, desconfiaba de todo y de todos; pedía auditorías de Padrón Electoral, que se contaran boletas, que no hubiera casillas auxiliares, que se eliminara los 10% de boletas en cada casilla, etcétera. 30 años después José Baez Guerrero, pide lo mismo.

 Debieran solicitarle a Ramón Lorence que regrese al PAN para que los ilustre y les platique a detalle cómo se fueron superando esas desconfianzas que hoy día son historia, son “fantasmas electorales” que nunca existieron, pero sirven de distractor en su momento.

 De la transición de la Comisión Electoral del Estado a lo que hoy es el Instituto Electoral del Estado de Querétaro, todo ha cambiado, menos la desconfianza de algunos, pareciera que la heredan sin razón alguna, sobre todo aquellos partidos políticos que consideran pueden perder la elección; bueno, hasta de los conteos rápidos –que antes tampoco existían-desconfían esos dirigentes de partido.

 Claro que también se desconfiaba de los integrantes de los Consejos, antes de la Comisión, ahora del IEEQ, en la inteligencia que en esos tiempos nadie cobraba sueldos por hacer su trabajo; excepción hecha de las “compensaciones” que recibían representantes de partido –todos- para sus gastos; eran los tiempos en lo que el PAN se negaba a recibir dinero público; ahora no trabajan si no recibe dinero público ¡Lo que son las cosas!

 Ante la clara posibilidad de perder las elecciones los supuestos inconformes se quejan de todo; ahora José Báez Guerrero, desconfía de la impresión de las boletas, de la posibilidad de que se impriman más del número exacto que integra la lista electoral, que haya más de un millón, 413, 787, electores. Desconfianza que no tiene sustento alguno, no es posible imprimir más boletas, hay supervisión, se folian las boletas, se imprimen por secciones de electores y además tienen varios mecanismos de seguridad para evitar su falsificación; otros más las firman.

 De tal suerte que los “fantasmas electorales” de Pepe Báez son inexistentes. Seguramente son parte de la estrategia electoral para intentar desacreditar el proceso electoral ante la eventualidad de la pérdida de las elecciones. Ni él cree la posibilidad de que se impriman más boletas O ¿Acaso conoce algún camino andado que le de esa seguridad y por ello desconfía de la probabilidad de imprimir más boletas electorales?

 Tal vez se le venga a la mente aquel anécdota de cuando perdió el PRI las elecciones de 1997, cuando se aseguraba que hubo doble impresión de boletas y las necesarias se utilizaron para “embarazar” las urnas que sirvieron de triunfo al PAN, cuando ni ellos creían que ganaron las elecciones. Ante la imposibilidad de probar ese hecho, los priistas en la Legislatura iniciaron la cacería en contra de los entonces consejeros electorales hasta lograr su destitución, de la mano de los panistas. Así lavaron sus penas, pero “los fantasmas” nunca aparecieron.

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