INDIGNANTES PRIMEROS LUGARES, URGEN MEDIDAS PARA BAJAR DE LUGAR

TRAS LA VERDAD

Querétaro, que se ha distinguido por estar entre los primeros lugares en el crecimiento del empleo, de seguridad, de inversiones, etcétera; ahora resulta que también ocupamos el nada honroso primer lugar en embarazos de preadolecentes, de jóvenes alcoholizados y afectos al tabaco. Definitivamente ¡Algo anda mal en nuestro Estado!

 Y no vaya usted a pensar de inmediato que el gobierno del Estado tiene la culpa en la irresponsabilidad de los padres que permiten el libertinaje a los menores para que adquieran a temprana edad semejantes vicios e irresponsabilidades. Pero algo hay de cierto en ello.

 Sin embargo como política de Estado, algo debe hacerse para evitar que el problema siga creciendo y empecemos a bordar en el vicio de las drogas. Un profesor de preparatoria me comentaba apenas hace unos días, que en el lugar en que da su cátedra, venden droga, pero está amenazado para que no denuncie; dijo: “el baño es el lugar en donde se trafican y consumen las drogas”. Y para conservar su integridad física y la de su familia, no denuncia.

 Los gobiernos –estatal y municipal- desde hace algunos años a la fecha, empezaron a otorgar permisos para la venta de alcohol al por mayor, sea en embase cerrado o al copeo; lo que incrementó de manera alarmante el consumo del alcohol, sobre todo la juventud; baste dar un recorrido por las noches, no solo los fines de semana para constatar lo que afirmo.

 A finales del sexenio de Francisco Garrido Patrón, en la zona centro de la Ciudad de Querétaro, los habitantes de la zona colocaron cartulinas en las ventanas de sus casas, por medio de las cuales exigían a las autoridades: ¡Ni un antro más! No prosperó y los antros continuaron abriéndose por doquier. La autoridad competente recientemente dijo que en este sexenio se habían autorizado más de 700 nuevas licencias para expender alcohol; y que otro tanto se habían cancelado por diferentes razones.

 Lo cierto que ha sido un abuso tanto por inversionistas como por parte de autoridades en autorizar la expedición de licencias para la venta de alcohol, ello seguramente es una de las causas por las cuales la juventud queretana ocupe el primer lugar en el consumo del alcohol, dadas las facilidades para acceder a la compra y consumo. Bueno hoy día uno de los atractivos en Querétaro, -para la juventud- es hacer un “tur” a estudiantes extranjeros, precisamente a los antros; es un atractivo turístico la visita a los antros y consumo de alcohol sin límite; sí, sin límite, es otro de los graves problemas; el expendio cada vez se ha prolongado más en el tiempo, y sin medida. Otro grave problema que la autoridad ha tolerado. Es momento de poner orden en beneficio de nuestra juventud.

 El consumo del tabaco es casi imposible la contención; se han retirado anuncios publicitarios, se intimida al consumidor con información veraz del cáncer que produce a los fumadores; del deterioro de la salud por el consumo; también se ha prohibido su consumo en restaurantes –muchos aluden la prohibición para no ahuyentar la clientela-, en tienditas, etcétera; y nada resulta positivo, el consumo continúa y cómo no si el tabaco es adictivo.

No cabe duda que todo radica fundamentalmente en el seno del hogar. Si en casa los padres se preocupan y ocupan para que sus hijos e hijas eviten los vicios, todo sería distinto; seguramente tendríamos adictos al alcohol y al tabaco, pero en menor número. Sin embargo la fratricida lucha entre aquellos mexicanos que sin importarles un “comino”, venden alcohol y tabaco sin límite, sin control y a todas horas; pero, como son productos “legales”, qué importa si la industria –empresarios e inversionistas- vive de ello; y las autoridades lo autorizan, también sin mayores medidas de control, entonces la lucha está ganada por el vicio en agravio de la juventud y en beneficio de unos cuántos.

 De ahí que la autoridad debe empezar a establecer mayores controles procurando el beneficio y cuidado del bien superior: la juventud queretana. Y los padres de familia, solos o en comunidad, luchar para que no continúe el rápido deterioro de nuestra juventud entre embarazos de preadolecentes y vicios ¿A dónde vamos a llegar? No esperemos a que sigamos perdiendo la tranquilidad a que estamos acostumbrados, a que siga creciendo la inseguridad como campo fértil para la delincuencia; a diferencia de las grandes ciudades que presumen la modernidad. Las nuevas autoridades deben agendar estos temas como prioritarios y aplicarlos como políticas públicas efectivas de salud. Es tiempo de que los queretanos dejemos esos deshonrosos primeros lugares.

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