LA CUESTIÓN NUCLEAR EN COREA DEL NORTE

EDUARDO ROLDÁN. Internacionalista, diplomático, analista político y escritor. 

La cuestión nuclear  de Corea del Norte en la Península Coreana es un fenómeno de seguridad regional complejo y dinámico. Corea del Norte y Corea del Sur firmaron sólo un armisticio en 1953, por ello técnicamente continúan en guerra. Los cambios operados en el mapa político mundial, entre ellos, la disolución del bloque socialista, modificaron el esquema dicotómico de la Guerra Fría, no el statu quo político-militar de la península coreana. En la Guerra de Corea, 1950-1953, no hubo vencedores ni vencidos. En ese entorno, el programa nuclear de Corea del Norte comenzó a fines de la década de 1950, con acuerdos de cooperación con la Unión Soviética (Congressional Research Service, 2018). Así, en el año 1984, Estados Unidos detectó, por medios satelitales,  la construcción de un reactor con  tecnología soviética capaz de producir plutonio. Sin duda,  los hechos le dan la razón al filósofo de  la historia, Hérder, cuando afirmaba: “Dadme las condiciones geográficas de un pueblo y  os daré su historia”.

En su origen, podría haberse considerado que el programa nuclear norcoreano parecía ajustarse al derecho internacional. Se incorporó  a la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) el 18 de septiembre de 1974 y se adhirió al Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) el 12 de diciembre de 1985. Sin embargo, existían sospechas sobre un proyecto secreto para el uso de la tecnología nuclear. Hecho que se  confirmó cuando Norcorea se retiró del  TNP en el 2003.

Corea del Norte, EE.UU  y el mundo llevan décadas en una espiral de acción-reacción: el chantaje nuclear, la condena global, las sanciones, la distensión, las negociaciones y los acuerdos. En 1994, Corea del Norte negoció con EE.UU y aceptó su desmantelamiento nuclear a cambio de ayuda financiera y tecnológica para producir energía a base de agua ligera y no nuclear. Vino George Bush, hijo, con su política del Eje del Mal donde incluyó

a Corea del Norte y destruyó los logros que se dieron en la época de Bill Clinton. Y desde el año 2000 Corea del Norte se volvió a lanzar a la  carrera nuclear (Roldán, 2015: 213). Para el mundo 0ccidental y en particular para EE.UU durante la administración del presidente George Bush, Jr., después de septiembre de  2001, el desafío proveniente de  Norcorea fue mayor. Así pués, la proliferación de armas de destrucción masiva,  el aumento de la inestabilidad política, económica, social y medioambiental en su conjunto empezó a estudiarse de una maner integral (Buzan et al , 1998). EE.UU adoptó  nuevas directrices de seguridad multidimensional e incorporó al terrorismo como factor central a su seguridad nacional frente  a Norcorea y a  ésta la integró al “eje del mal”.

En ese círculo vicioso Pyongyang explotó tres bombas nucleares subterráneas en 2006, 2009, 2013, y el 6 de enero de 2016, una cuarta bomba, supuestamente de hidrógeno. Hizo otra prueba nuclear en 2016 y la sexta en 2017. Anteriormente ya había  lanzado un misil en diciembre de 2012. Y, el 2 de marzo de 2016, nuevamente lanzó varios misiles de prueba. La ONU condenó los hechos y amplió las sanciones al régimen. Éste contestó con las habituales amenazas de aniquilación urbi et orbi. En este contexto, el Consejo de Seguridad de la ONU, aprobó resoluciones condenatorias y prohibicionistas en 2006, 2009, 2012, 2013, 2016 y 2017. En ellas, se prohibió cualquier transferencia a Corea del Norte de vehículos blindados, artillería de alto calibre, helicópteros de ataque, naves de guerra y misiles. Las resoluciones también sancionaron las actividades ilícitas del personal diplomático norcoreano, las relaciones exteriores de sus bancos, las transferencias ilícitas de dinero en efectivo, y endureció las restricciones de viaje a funcionarios norcoreanos (Roldán; 2015). Así también surgió la otra faceta de la seguridad norcoreana la relativa a la proliferación de sus misiles balísticos. Corea del Norte declaró que Estados Unidos, Corea del Sur y Japón serían los objetivos de sus misiles nucleares, tildándoles de ser aliados de Washington. Y que los ensayos nucleares y el lanzamiento de cohetes sólo habían sido unas medidas a la que seguirían otras de mayor magnitud.

Resulta evidente que Corea del Norte ha buscado negociar con EE.UU desde una posición de fortaleza, como negoció Pakistán y la India (hoy amigos y aliados de EE.UU)  y no desde la debilidad como lo hizo Libia, hoy un desastre. Por ello, Corea del Norte ha rechazado y seguirá rechazando las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que exige el fin de su programa nuclear. Pyongyang ha planteado siempre, en tono desafiante, que perseguirá su objetivo de convertirse en un Estado con pleno derecho a tener armas nucleares (Roldán:2018).

Corea del Norte, independientemente de su régimen, es hoy un valioso activo estratégico para China. Le sirve como Estado tapón que le asegura que las tropas estadounidenses no estén en su frontera. Así mismo Corea del Sur le ha servido a EE.UU como amortiguador  frente  a  Corea del Norte. Para China, lo mejor es mantener el status quo combinado con una progresiva apertura del vecino norcoreano. De esta manera, China considera que Corea del Norte iría cambiando poco a poco y se evitarían pasos traumáticos como conflictos o la implosión del régimen. Ya que el colapso , con el fin de asegurar su supervivencia, del régimen de Pyongyang provocaría una avalancha de millones de refugiados, con un enorme costo social y económico para China.

Como lo afirma Kenneth Waltz,1988, en su clásico libro sobre Teoría de la Política Internacional: en la concepción neorrealista, “las acciones de los Estados como principales actores en el sistema internacional anárquico son racionales y obedecen a la búsqueda de poder, seguridad y supervivencia. Estas  motivaciones son fundamentales para poder entender el fenómeno, ya que desencadenan una conducta común”. Ya que “las acciones responden a las intenciones y a la preocupación creadas por el mismo sistema anárquico, que no significa caótico, sino que se refiere, en este caso, al sistema que no cuenta con una gobierno central por lo que cada Estado es soberano y busca el poder que garantice su supervivencia ante un entorno peligroso e incierto” (Patiño, 2018:3-4).

Para los neorrealistas como Mearsheimer (1994-1995,2014) el poder se manifiesta en  distintas formas: poder económico, militar, político, diplomático, etc. Todo Estado posee el llamado poder militar, con el cual se puede agredir e incluso destruir a otro Estado. “Una característica esencial heredada del realismo es la idea de que ningún Estado puede asegurar totalmente cuáles son las intenciones de otro Estado, dado que estos compiten por los mismos fines. Por ende, cada uno de los Estados debe tener el suficiente poder para defenderse y sobrevivir; estos, por lo tanto, se encuentran buscando de forma permanente su seguridad” (Patiño,2018:4). Cada Estado busca ser el que ejerce más poder y evita a su vez que algún otro tenga esa posición de dominio; se trata de un comportamiento constante de ofensiva-defensiva. Así, es permanente la competencia por la supervivencia (Mearsheimer :1994-1995,2014). Esa es la realidad existente en Core del Norte.

BIBLIOGRAFIA.

BUZAN, Barry; WEAVER,Ole  y  DE WILDE, Japp. ( 1998). Security. A new Framework for Analysis.  London.

CONGRESSIONAL RESEARCH SERVICE, (2018). North Korea: U.S. Relations, Nuclear Diplomacy, and Internal Situation. Washington, D.C. En: https://fas.org/sgp/crs/nuke/R41259.pdf.  De 2017 a  2018, Corea del Norte lanzó 23 misiles de tipo KN-15, KN-17, Hwasong-12, Hwasong-14, Hwasong-15, Scud, Hwasong-7. Actualmente, cuenta con 700 misiles balísticos.

MEARSHEIMER, John.(1994-1995). The  False Promise of International Institutions. International Security, vol. 9, num. 3,

MEARSHEIMER, John.(2014). The  Tragedy of Great Power Politics. New York, W.W.Norton.

PATIÑO, Camilo. (2018). La importancia de Corea del Norte para China. Revista de Relacioens Internacionales,  Estrategia y Seguridad. vol.13, núm.2. Bogotá . Mayo 2018. En: https://revistas.unimilitar.edu.co/index.php/ries/article/view/3315/3033

ROLDÁN, Eduardo (2015). Las  grandes potencias en la Península coreana. ¿Qué pasa en Corea del Norte y Corea del Sur? México, AMEI.

ROLDÁN, Eduardo (2018). Trump contra el mundo. El presidente de la discordia. México, AMEI.

WALTZ, Kenneth.(1979) Theory of International Politics. New York, McGraw Hill.

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