LISONJAS PARA LOS TRIUNFADORES: ALFIL

Poca o nula vergüenza deben tener todos aquellos que, después de los resultados electorales, critican a los perdedores, los destruyen, y surgen inesperadas lisonjas para los triunfadores. Y no crea que solo son los que se mueven en la política, no, también otros entes se abalanzan en alabanzas, tal vez para conseguir el perdón o, para lograr algo de los nuevos gobiernos.

Los que perdieron, dicen, eran soberbios –yo- y otros calificativos –denostativos-. Y los y las que ganaron gracias al voto popular ahora son guapas, guapos e inteligentes. La política no solo contamina al político, también a otros interesados “ciudadanos” que esperan seguir bebiendo del mismo manantial.

Seguramente se habrán dado cuenta quienes triunfaron en las urnas, sin que el elector sepa bien a bien las virtudes o defectos de las personas a quienes les dieron su voto, que ellos eran los merecedores del triunfo; hay quienes ya atribuyen a la ola de inconformidades ciudadanas al gobierno de Enrique Peña Nieto, cuando que, el PRI a nivel nacional fue quien mayor votación obtuvo ¡Obtusos! Falsa o mejor dicho, mentirosa conclusión. La mayoría de los gobiernos los ganó el PRI. Cada Estado juega sus propias peculiaridades y reglas.

La “guerra sucia” que implementaron algunos medios o mejor dicho, periodistas, en contra de los que hoy ganaron, fortalecieron a la víctima; esos que se le pegaron a quien creían que iba a ganar lo dañaron; hicieron lo mismo que a Manuel González Valle, primero lo exprimieron -$- y después lo llevaron a la derrota. Entes con tal desprestigio que corrompen lo que tocan.

Roberto Loyola Vera, fue un excelente candidato y con capacidad para gobernar. Sin embargo parte de su equipo y fuerzas externas actuaron en su contra. Pero nada tuvo que ver la política de Enrique Peña Nieto. Ahora analizan nombres de quienes acompañarán a Francisco en su gobierno, principalmente a quienes tendrán bajo su responsabilidad la procuración de justicia y la seguridad pública ¿Será por temor? Cierto que son conocedores de la materia quienes seguramente tendrán a su cargo esa delicada responsabilidad, estarán más tranquilos ahora que Loyola tuvo a bien jubilarlos muy bien, de ahí que Roberto sea gente correcta, gente a la queretana.

 Sin lisonjas ni exabruptos los queretanos deseamos que Domínguez sepa rodearse de gente capaz y honesta; y no solamente panistas, así como llevaron a candidatos ciudadanos sin partido; son elementos consustanciales para hacer un buen trabajo. La capacidad para resolver los problemas y honestidad para que no coludirse con la delincuencia y conste que no solo son los denominados como tales, hoy otros de “cuellos blanco” que gustan corromper por acceder a los contratos.

  Bueno hasta alaban el encuentro del gobernador constitucional con el electo porque formarán un equipo de entrega recepción ¡Por favor! Eso está en la ley, es una obligación. Pero esas alabanzas son con el afán de complacer al ganador, empezaron los cantos de las sirenas, seguramente algo han de querer ¡Viva el Rey, muera el Rey! ¿Dónde habré visto y escuchado todo esto? ¡Ah, ya recordé! En cada cambio de gobierno.

 El resultado de estas elecciones en Querétaro, son totalmente distintas a lo sucedido en Sonora o Campeche. Cada Estado tiene sus peculiaridades y sus candidatos y candidatas. Hoy no es lo mismo que hace 6 años. Lo cierto que en todos los partidos hay militantes buenos y malos. La clave está en seleccionar a los mejores y no siempre sucede así; tampoco es la clave de una derrota o un triunfo. Hay candidatos que no debieron ganar y ganaron; otros que no debieron perder y perdieron. Nuestro sistema electoral y político debe mejorar para que el electorado tome la mejor decisión razonada. Por lo pronto las alabanzas continuarán hasta las próximas elecciones cuando haya un nuevo ganador. Por lo pronto deben tener cuidado con las lisonjas “rastreras” que alaban al nuevo gobernante por ese solo hecho.

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