“Percepción popular del Ejecutivo Federal: su impacto en el voto”. Jesús Roldán Acosta

“Frecuencias”

Concluyeron las campañas electorales, en México, en lo general y en Querétaro en lo particular; en días próximos se vivirán interesantes jornadas, que podrían ser difíciles por el desencanto social, ya que no se percibe en los bolsillos del ciudadano la mejoría de su economía.

Además, por la efervescencia y malestar popular hacia la clase política que trae un caudal de marca y bien ganado estigma de corrupción y opacidad, aparte de las carentes, medulares y concretas propuestas, respecto a lo que verdaderamente se requiere en el aquí y ahora, en todas las entidades federativas.

Sin embargo, hay que reconocer el accionar de los diversos representantes de organizaciones civiles y empresariales, así como de los esfuerzos académicos para la promoción de la transparencia, al invitar a los candidatos a sumarse a las plataformas públicas electrónicas, a fin de que registren sus patrimonios personales, actividades fiscales y los posibles conflictos de interés (“3 de 3”), aún y cuando -como es el caso concreto de los candidatos de nuestra entidad-, muchos de ellos no cumplieron con esa demanda generalizada popular. ¡Algo o mucho deben esconder!

O bien, “hicieron el circo mediático y sus presentaciones las hicieron ante algún Notario Público de su confianza. Esto desde luego no tiene la validez, ni es Ético¸ ello denota carencia de probidad; consecuentemente, de falta de confianza.

Aunado a lo anterior también habremos de enfatizar que en un régimen presidencial, como el de México, no se castiga a los “altos políticos” corruptos, como son los casos muy visibles, que abarca, desde el propio presidente de la República, Enrique Peña Nieto, a Luis Videgaray (Secretario de Hacienda y Crédito Público), Luis Miranda (Subsecretario de Gobernación federal), entre otros más, que se han beneficiado de manera ilegal y tramposa de cuantiosas propiedades, en su mayoría provenientes del Grupo empresarial de la construcción, Higa.

En cambio, en otras naciones, cuyo régimen de gobierno es parlamentario ya habrían renunciado y “rodado importantes cabezas” de funcionarios públicos.

Por cierto, de la percepción negativa del Ejecutivo Federal, da cuenta una reciente Encuesta telefónica realizada por la empresa BGC-Ulises Beltrán, donde el 71% de los mexicanos entrevistados están en desacuerdo con la forma de gobernar de Enrique Peña Nieto; únicamente el 23% está de acuerdo con éste.

En síntesis, la administración del gobierno federal (liderado por priistas) es débil, ante el ojo del ciudadano común; aunado a lo anterior encontramos otras debilidades cono la No implementación del Proceso de Evaluación Educativa que dejará sin efecto, gracias a la severa presión y fuerza del músculo ejercida por la CNTE en la capital mexicana, que llegó a “estrangular” y propició en múltiples ocasiones la generación del caos vial, en una de las metrópolis más habitada y concurrida del mundo: el Distrito Federal, lugar donde se asientan los poderes federales.

O bien, también hemos sido testigos de la rápida baja en los precios internacionales del petróleo que repercute en nuestra economía, adicionalmente observamos el severo recorte del presupuesto federal para las entidades federativas y su correspondiente reflejo en los serios ajustes de gastos sociales y de infraestructura; quien resulte ganador en las elecciones para gobernador van a necesitar del apoyo de buenos estrategas financieros, sino es que de algún renombrado Premio Nobel de Economía, porque se avecinarán tiempos difíciles; de todo lo que han prometido podría ser una especie de efecto de “boomerang”, ya que de lo harto prometido, difícilmente se aterrizarán todo lo que han propuesto, tendrán serios diques financieros. ¡Al tiempo!

Aunado a la No instrumentación de las políticas públicas, compendiadas en las Reformas Estructurales tiempo atrás aprobadas. Mucho le restará por hacer al gobierno de Peña Nieto.

No dudamos que en días próximos, a propósito de las elecciones intermedias a celebrarse el próximo domingo, se utilice como un voto de castigo –por parte del ciudadano- hacia el partido político que él representa, el PRI, como resultado de las demoras, diletantes y titubeantes acciones del Ejecutivo Federal.

Otra de las adicionales consideraciones a ser tomadas en cuenta por el electorado podría ser, en caso de que éste posea “Memoria Histórica”, a la Incapacidad presidencial ante los casos no resueltos de la problemática social y política, mismas que han generado mucho escozor en gran parte de la sociedad mexicana, como son: Ayotzinapa, Chilpancingo, Chilapa (Guerrero); o en Tanhuato y Apatzingán, en el estado de Michoacán, o el de Tlataya, que se incrementan con la presencia de la débil y muy golpeada economía. Eso, con justa razón, incide en la pésima percepción ciudadana hacia el presidente Enrique Peña Nieto, que como ya mencionamos, el 71% de la gente lo Reprueba, sólo el 29% restante lo aprueba. (Encuesta telefónica BGC-Ulises Beltrán).

El cúmulo de las Inacciones federales, aunado a la débil imagen del presidente Peña Nieto muy seguramente rendirá frutos (negativos) para que mediante los votos del 7 de junio se le castigue a muchos de los candidatos del Partido Revolucionario Institucional (PRI). ¡Percepción es Realidad!

Correo:jroldanacosta@hotmail.com Twitter:@Jroldana

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