Presenta el PRI ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) la denuncia correspondiente a la entrega de tarjetas por parte del candidato del PAN, Francisco Domínguez Servién, quien a cambio de votos a través de dichas tarjetas, oferta como contraprestación programas sociales, tal como se advierte al reverso de dicha tarjeta.
Con dicho platico el candidato blanquiazul transgrede lo especificado en el Artículo 7, fracción 7 de la Ley Electoral, así como el Artículo 9, fracción 7 de la misma que prohíbe la petición del voto a cambio de dinero o cualquier otro tipo de beneficio, delito por el cual, el candidato panista podría purgar una condena de tres meses hasta tres años de prisión.
De igual manera, se presentó una denuncia ante la Procuraduría General de Justicia de Querétaro en contra de Francisco Domínguez, por incurrir en apología del delito, establecido en el Artículo 221 del Código Penal del Estado; toda vez que el candidato panista instigó en días pasados a los transportistas de Querétaro realizar un paro de actividades y conforme al mismo Código con sustento en el Artículo 225, establece como delito bloquear, secuestrar e impedir la circulación de los vehículos del servicio público.
El secretario de Acción Electoral, Juan Ricardo Ramírez Luna, destacó que se interpondrá una denuncia en próximos días ante el Instituto Electoral del Estado de Querétaro (IEEQ) en contra del partido Movimiento Ciudadano y quien resulte responsable; toda vez que a través de una serie de espectaculares abonan a la “guerra sucia” en contra del candidato del Revolucionario Institucional, Roberto Loyola Vera; ya que el contenido de dichos impresos no ofrece propuesta alguna, pero si un ataque despectivo en contra del candidato del tricolor.
Por estos hechos, reitera el PRI su compromiso con los queretanos de mantenerse en el marco legal y respetando lo que dicta la ley, toda vez que este partido confía en las instituciones que los ciudadanos se han encargado de construir en pro de la democracia, exhortando así, a las demás fuerzas políticas dejar de lado el juego sucio y apostar por un proceso donde impere la propuesta y el oficio político, mas no la volatilidad de ideas y emociones.
