La titular de la Secretaría de Salud del Estado, Martina Pérez Rendón, informó que un recorte presupuestal federal superior a los 500 millones de pesos obligará a modificar la estrategia de atención médica en la entidad, incluyendo la referencia de pacientes a unidades de tercer nivel para ciertos tratamientos especializados.
“Uno de los capítulos donde recibimos recursos federales tuvo un recorte significativo. Al sumar el impacto con inflación y falta de crecimiento presupuestal, la reducción operativa asciende a 500 millones de pesos, lo cual afecta directamente la compra de medicamentos y la operación hospitalaria”, explicó la funcionaria.
Frente a esta situación, el gobierno estatal ha destinado recursos propios para adquirir medicamentos y optimizar la entrega de insumos. A pesar de ello, Pérez reconoció que recientemente se vivió una situación crítica con el abasto de tratamientos para enfermedades crónicas como la hipertensión.
“Hemos pedido adelantos en las entregas, optimizado las prescripciones y eliminado duplicidades. Sin embargo, estamos evaluando hasta dónde podemos atender ciertos padecimientos, particularmente a nivel hospitalario”, indicó.
La funcionaria detalló que las intervenciones por accidentes —como cirugías traumatológicas— seguirán atendiéndose en los hospitales generales, pero padecimientos crónicos como problemas de columna, rodilla o cadera, así como el suministro de medicamentos de alto costo, podrían diferirse o canalizarse a instituciones de tercer nivel.
“Queremos ser muy claros con la población: no vamos a dejar de atender. Los hospitales generales seguirán resolviendo, pero lo que sea de tercer nivel o muy costoso lo referiremos”, puntualizó.
Finalmente, subrayó que el diálogo con la federación continuará para asegurar que los pacientes derivados sean atendidos en tiempo y forma, mientras el estado hace un esfuerzo por administrar sus recursos con eficiencia.
