Reflexión de una madre con poco cariño

Desde el primer momento en el que en tu interior, sientes el latido del corazón de tu hijo o hija, es inexplicable, maravilloso, incluso pareciera irreal que puedes dar vida a otro ser, una boronita de ti, un pedacito de cielo…Y para cuando recuerdas, esa parte de ti sale a experimentar el mundo, una guerra de sentimientos, decepciones, amores, pero sobre todo experiencias, que tienes que comprender y lo más triste, es ver partir a ese ser humano, fueron las palabras de Gloria Cervantes.

En el marco del Día de las Madres, recordó el primer día que tuvo a su bebé en brazos, que hasta los 25 años sigue cobijándose en las manos ásperas de una mujer trabajadora, pues soltera, decidió ponerse unos pantalones y salir a buscar el sustento para su hijo.

A los 18 años comenzó una relación con Miguel, quien al principio se portaba muy cariñoso, incluso nunca fue agredida por su pareja, sin embargo un día caluroso, cuando por decisión de ambos, decidieron mantener relaciones sexuales sin protección, conociendo las consecuencias, sin tomarle importancia, hasta que quedó embarazada.

“Todavía recuerdo que no sabía cómo decirle a Miguel, la verdad yo iba a la escuela y quería seguir estudiando, casi iba a entrar a la universidad, mi sueño era ser enfermera para ayudar a quien lo necesita, pero con un embarazo te cambia la perspectiva, los planes, te cambia todo”, expresó.

En el hospital aterrorizada por los gritos de las mujeres a punto de dar la vida, y observando su panza gigantesca, pero llena de amor como dijo, una de las primeras preguntas fue ¿Cómo voy a tener un hijo? Hasta que el dolor se volvió muy intenso y sus gritos no llamaban la atención de los médicos, hasta que en menos tiempo de lo esperado, el bebé estaba por salir.

“No le quedó a los doctores más que diera la luz sin cambiarme de cama, porque ya tenía mucha sangre, o no sé si líquido, pero lo único que quería en ese momento era que ya me sacaran al niño, es un dolor que vale la pena repetir pero sí la piensas dos veces”.

Para ella, el simple hecho de parir, es un hecho para reconocer en las mujeres, por el dolor que implica en muchas.

“Y así te la llevas, con varios dolores que dan los hijos”, indicó recordando momentos de enojo con José, su pequeño de 15 años, que en ocasiones considera lo sobre protege, pero “tienes que aprender a saber que los hijos no son de tu propiedad”.

Actualmente su hijo enfrenta cambios hormonales y se separó un poco de ella, sin embargo comprende, aunque todas las noches lamenta y conversa con su almohada.

Este 10 de mayo, es de las pocas fechas en las cuales recibe un Te Quiero de José, por lo cual espera año con año el día.

Antes de despedirse para ir en busca de su hijo, recordó que en ocasiones la muerte se adelanta y si las personas no aprovechan a su familia en vida, las visitas y flores en el panteón nunca recompensarán ese vacío.

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