SIN SUMISIÓN NI CONFRONTACIÓN CON LOS EUA

TRAS LA VERDAD

En vísperas de la reunión que sostendrá el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, con su homólogo de los EUA, Donald Trump, el Presidente dejó en claro que no habrá sumisión ni confrontación con el vecino del norte.

 Este día Enrique Peña, planteó cinco principios bajo los cuales pretende se renegocie el TLC, ahora que tengan en encuentro los involucrados; entre ellos  los Secretarios de Relaciones Exteriores y de Economía ¿Cuáles serán estos principios básicos?

 La Soberanía Nacional. Dijo el Presidente Peña: “Somos una Nación soberana y actuaremos como tal.  El ejercicio de la soberanía implica que, en el proceso de negociación, nuestro único interés es el de México y el de los mexicanos. 

México y Estados Unidos dialogaremos como países soberanos. Nosotros habremos de hacerlo con seguridad; con dignidad, firmeza y confianza en nuestras fortalezas. Tengamos siempre presente: si bien para México, la relación con los Estados Unidos es fundamental; también para Estados Unidos, la relación con México es de altísima importancia”. Sin mayores comentarios, es un principio internacional entre las naciones.

 El Segundo dijo el Presidente que será el Respeto al Estado de Derecho, respeto a las leyes de México y de Estados Unidos. Creo que nada nuevo mucho menos innovador en materia de derecho internacional. Comentó que: “El mutuo respeto al Estado de Derecho de nuestros países es y deberá seguir siendo la base de nuestra interacción. Hoy más que nunca prevalece la máxima del Benemérito de las Américas, del Presidente Benito Juárez García: Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.

 El Tercer la definió como una: Visión constructiva y propositiva. Y argumentó que: “Partimos de que ésta, debe ser una negociación ganar-ganar. Para ello, nuestra postura será creativa y abierta a soluciones novedosas y pragmáticas; conscientes de la nueva realidad que se enfrenta en Estados Unidos y en el entorno internacional”. El tema principal hasta ahora serán los negocios, de tal suerte que el clausulado de la renegociación deberá abrir oportunidades paa ambos países, sin sumisión ni confrontación.

Como Cuarto principio el Presidente habló sobre la Integración de Norteamérica.  Afirmó que: “Nuestra región está compuesta por tres países; su dinamismo y competitividad depende de lo que hagamos juntos Canadá, Estados Unidos y México”. Y no le falta razón en ello, aunque cada país –los empresarios- invierten o arriesgan según sus propios intereses, tampoco son hermanitas de la caridad y si bien los norteamericanos han invertido grandes capitales en nuestro país, se debe a la “esclavitud” laboral que aún persiste en México, oportunidades que han aprovechado en su propio beneficio, de paso crearon miles de empleos en México; sin embargo ellos son dueños del capital, de las empresas y de los productos que se manufacturan en nuestro país.

 Por último, las partes saben que tendrán que renegociar todo el Tratado, en la inteligencia que podrán ratificar muchas de las clausulas, por ello van sobre  Negociación integral. En este punto el Presidente Peña dijo: “México tratará de manera abierta y completa todos y cada uno de los temas de nuestra relación.  Llevaremos a la mesa todos los temas: el comercio sí, pero también la migración y los temas de seguridad; incluyendo la seguridad de la frontera, las amenazas terroristas y el tráfico ilegal de drogas, armas y efectivo. 

 Estos principios guiarán la negociación, veremos de qué están hechos los negociadores del comercio y los otros temas. Y, para ser exitosos en la negociación, deben tener claridad en cuáles son los objetivos de la negociación.

 Por eso el mismo Presidente ha fijado claramente los objetivos, los cuales paso a comentar para ustedes. El primero que exista un compromiso del gobierno de Estados Unidos, de garantizar el trato humano y respetar los derechos de los migrantes mexicanos. Veremos hasta donde pueden avanzar en este delicado tema. Que cualquier proceso de repatriación de migrantes indocumentados, que realice el gobierno de Estados Unidos, sea de manera ordenada y coordinada; y que los protocolos y acuerdos que se han alcanzado, se mantengan y mejoren, siempre sobre la base de un trato digno y también respetuoso.

 Como tercer objetivo será considerar el desarrollo del Hemisferio como una responsabilidad compartida. Los gobiernos de México y de Estados Unidos deben asumir un compromiso concreto para trabajar de manera conjunta, en promover el desarrollo de los países de Centroamérica, dado que millones de centroamericanos buscan afanosamente llegar a los EUA, debido al atraso y violencia que se vice en esa zona, pero, cuando no consiguen el objetivo se quedan en México. Este compromiso cada vez es más importante. Y es que, mientras el número de migrantes mexicanos hacia Estados Unidos ha disminuido cada año, en los últimos tres años el flujo de migrantes indocumentados, que atraviesan México rumbo a Estados Unidos, creció en más de 100%.

 Como cuarto objetivo, será el asegurar el libre flujo de remesas de los connacionales que viven en Estados Unidos, evitando que se dificulte o encarezca su envío.  A noviembre del año pasado, las remesas de los mexicanos sumaron más de 24 mil millones de dólares. De aquí es donde Trump quiere tomar dinero para la construcción de su muro, probablemente imponiendo un impuesto.

 Otro punto no menos importante será que el gobierno de Estados Unidos deba asumir el compromiso de trabajar corresponsablemente con México, para detener el ingreso ilegal de armas y de dinero de procedencia ilícita. Algo que poco les ha importado a los norteamericanos, es causa inequívoca de muchos de los problemas de la grave violencia que vive nuestro país.

 Deberán preservar el libre comercio entre Canadá, Estado Unidos y México. Los intercambios comerciales entre los tres países deben estar exentos de cualquier arancel o cuota, como ha ocurrido desde 2008. Esto por supuesto no será fácil, Trump ha insistido en imponer altos aranceles a productos que se manufacturen en México a empresas sean propiedad de norteamericanos, incluso castigar a otras, como quiso hacer con la  alemana VMW, quien le reviró de inmediato a Trumpo; esta no se dejó ni del discurso.

Buscarán fortalecer la competitividad de Norteamérica y sus cadenas regionales de suministro, incrementando las exportaciones mexicanas a Estados Unidos y Canadá, sobre una base de sana competencia y el desarrollo de sectores de mayor valor agregado. Nada agradable será este objetivo para los negociadores del Trump, sin embargo es objetivo de México.

El séptimo objetivo que se plantean es que, al modernizar el marco comercial de América del Norte, los gobiernos deben incluir nuevos sectores, como las telecomunicaciones, la energía y el comercio electrónico; hasta ahora excluido del TLC, los tiempos han cambiado en esta rama comercial.

Cualquier nuevo acuerdo comercial con Estados Unidos debe también traducirse en mejores salarios para los trabajadores en México.  México no compite en el mundo con empleos de baja calidad, ni con mano de obra barata. Esto se plantea como objetivo, el cual no es del todo cierto, por ello buscan la mano de obra de mexicanos barata y de alta calidad. Se pretende que México participe en el comercio internacional sobre una base de mayor productividad y complementariedad; haciendo del comercio, un instrumento poderoso para proteger los empleos actuales, crear nuevos empleos y mejorar los salarios en México.

Se buscará que en el nuevo Tratado, se proteja el flujo de inversiones hacia México. El Gobierno de la República se asegurará que nuestro el país siga siendo un destino confiable y atractivo para invertir.  Un buen compromiso difícil d alcanzar, pero no imposible; veremos de que están hechos los negociadores mexicanos. Por ello buscarán acuerdos que den certidumbre a la inversión y al comercio entre México, Canadá y Estados Unidos. Se defenderán las inversiones nacionales y de cualquier otro país, que hayan confiado en México para invertir.

Por último, México buscará trabajar  por una frontera que una y no divida. Dijo el Presidente Peña: “Si bien México reconoce los derechos de toda nación soberana para garantizar su seguridad, México no cree en los muros. Nuestro país cree en los puentes, en los cruces carreteros y ferroviarios, y en el uso de tecnología como los mejores aliados, para impulsar una buena vecindad. Nuestra frontera debe ser nuestro mejor espacio de convivencia; un espacio de seguridad, de prosperidad y de desarrollo compartido”. Conclusión, veremos cuáles objetivos se logran alcanzar en las próximas negociaciones.

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