Entre resignación, coraje y un toque de picardía muy queretana, los vecinos de la calle Invierno y avenida Universidad, en pleno corazón del Centro Histórico, volvieron a alzar la voz: ¡otra vez la maldita fuga!
No es una exageración ni un caso aislado. Se trata de una fuga de agua potable que, según los colonos, lleva al menos ocho años repitiéndose como villano de novela. Y no una gotita inofensiva, sino una pérdida constante de millones de litros del vital líquido en una ciudad donde el agua escasea más que sombra en abril.
Este miércoles 4 de junio, justo en la esquina donde ahora se construye un hotel —sí, otro más—, volvió a brotar el agua como si fuera fuente ornamental. Solo que aquí no hay aplausos, ni turistas felices, ni fotos para Instagram. Solo coraje.
La situación ya raya en lo absurdo: año tras año la fuga reaparece como vieja conocida. Y mientras tanto, las respuestas de la CEA (Comisión Estatal de Aguas) y el Municipio de Querétaro brillan… por su ausencia.
“Es como si nadie quisiera ver. Nos indigna ver cómo se tira el agua mientras en otras colonias la gente espera pipas. Y aquí, el desperdicio fluye sin pudor”, comentan los vecinos con tono entre frustrado y sarcástico.
La comunidad no pide milagros, solo una solución real. Y sí, también hacen un llamado urgente a las autoridades para que se presenten personalmente en el sitio, vean el desastre con sus propios ojos y —¡por fin!— actúen en consecuencia.
