LAS ALONDRAS Y LOS ABUSOS: ALFIL

TRAS LA VERDAD

Primero. Fue hace algunos años la sustracción de una menor de nombre Alondra Díaz, cuando su padre la trajo a México, proveniente de los EUA, sin el consentimiento de la madre; Segundo, años después se llevan otra menor de México a EUA, de nombre Alondra Luna, confundiéndola con la primera. En ambos casos un abuso en agravio de menores.

 Sin lugar a dudas violaciones a los derechos humanos de las dos Alondras, generadas tanto por los padres como por las autoridades. La sustracción de menores sin el con sentimiento de la madre en sí mismo es un agresión a su desarrollo infantil; sustraerla de la custodia de la madre derivado de problemas conyugales afectaron a la menor, estando en un juego perverso por parte de los padres; conducta que debe ser severamente sancionada por las autoridades.

 Y ante la búsqueda desesperada de la hija sin saber bien a bien el paradero, la madre de Alondra García, no descansó hasta –presuntamente- lograr su ubicación. Luego por medio de juicio familiar solicitar el regreso de la menor a los EUA; sin embargo una terrible y lamentable equivocación lleva a otra agresión en agravio de Alondra Luna, la otra menor, del mismo nombre, pero de distintos apellidos. En este caso por orden judicial se lleva a cabo la “detención” y traslado a los EUA.

 Como si lo anterior no hubiese sido poco, ante la espectacularidad de la noticia que adquirió importancia nacional en las medios de comunicación, fue aprovechado por panistas abusivos que “acogieron” a la menor Alondra Luna, la llevaron a un mitin político en Guanajuato, luciéndola como trofeo Josefina Vázquez Mota, quien hasta “selfi” se tomó con la menor, no sin antes acaparar los espacios periodísticos en campaña; ofreciéndole a los padres ayudarlos para sufragar gastos de fiesta de 15 año; promesa que no fue cumplida por los ávido políticos de congraciarse con el electorado local y nacional. Los benevolentes, frívolos y abusivos solo se exhibieron como aves de rapiña.

 Abusos y violaciones de derechos humanos de menores, así como excesos jurídicos que se tradujeron –incluso- en abusos políticos. En México tenemos diversidad de leyes protectoras de menores, sin embargo en estos dos casos no se han visto prestas las autoridades para defender los derechos de las dos menores; de Alondra Díaz y Alondra Luna. Por causas distintas, pero en ambas se patentizaron los abusos. Desde los padres, las autoridades y las señoras de la política exagerando en el ejercicio de sus derechos, lastiman los derechos de las menores. Y como estos casos seguramente en México hay muchos más.

 De tal suerte que las autoridades deben estar prestas en participar y coadyuvar en el resarcimiento de los derechos humanos y jurídicos violados por las partes que han participado en este caso de suyo emblemático. Se sabe que es la cotidianeidad en los juzgados de lo familiar, violaciones de los derechos de menores, empezando por el derecho humano a los alimentos, a la custodia, a la educación, etcétera. Los responsables deben pues imponer sanciones ejemplares a los infractores de las normas protectoras de los menores, ahora incorporados los políticos en ello.

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