¡DEBEMOS INSISTIR EN QUE SÍ ES POSIBLE!

TRAS LA VERDAD

Hay quien se empeña en desacreditar y descalificar lo hecho por la PGR en el caso de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa que fueron quemados y calcinados, por varios de los delincuentes que ya se encuentran confesos y en manos de la autoridad jurisdiccional. Lo cierto es que físicamente sí es posible esa incineración.

 Veamos. De acuerdo al índice de Deuremberg, existe una fórmula para obtener la masa de grasa corporal del ser humano, sea hombre o mujer. Esta es: “% de grasa=1, 2X(IMC= peso/talla2)+0.23X (edad en años)-10.8 (sexo)-5, 4. Si es sexo femenino su valor es =0 y si es masculino =1. De tal suerte que la masa de grasa en los cuerpos va de del 17 al 23% si es mujer; y del 12 al 19 si es hombre; datos de cuerpos jóvenes, los obesos rebasan estas proporciones; o bien, los de edad avanzada pierden grasa corporal.

 Luego entonces si los delincuentes dicen haber quemado hasta la incineración a los 43 cuerpos, al menos había 490 kilos de grasa acumulada. Y si a ello le agregamos varios kilos de la ropa que vestían, más la gasolina, el diese y otros objetos que sirvieron para la incineración, esta es totalmente asequible. Encontramos diferencias de criterios para la incineración; van de los 800 a los 980 grados centígrados. En ambos casos se pudo llegar a esa temperatura bajo las condiciones narradas por los delincuentes.

 Los hornos anatomopatológicos –crematorios- alcanzan esas temperaturas para incinerar los cuerpos y tardan de dos a cuatro horas. En tanto que los estudiantes fueron cremados durante toda la noche -en que fueron asesinados- y en la madrugada, superando en mucho el tiempo que se requiere para la incineración. Las funerarias que tienen hornos, después de la incineración trituran los huesos que no se desintegraron, como el fémur; restos que fácilmente se desmoronan al golpearlos.

 Las leyes de la física son inquivocas si se usan correctamente. En el supuesto del desprestigio que han pretendido hacer en el caso de los normalistas de Ayotzinapa, los promotores solo buscan como fin el deterioro de cualquier acción del gobierno federal y generar falta de credibilidad sin importarles la verdad. Actúan por consigna y buscan cualquier resquicio para el pretendido descrédito. Ese es su objetivo; curiosamente son los mismos que promovieron diversas inconformidades por los temas electorales de Monex y Soriana. Sí, esos que acaban de perder una vez más ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

 Por supuesto que hay un buen de irrazonables inconformes, pero la razón vence la intriga, la insidia y la mentira. En el caso que comentamos, son las pruebas que obran en la investigación y las leyes de la física que no tienen objeción en cuanto a demostrar que los confesos dieron muerte a 43 jóvenes inocentes. Aunque sea emocionalmente comprensible la esperanza de los padres de encontrar con vida a sus hijos, razonablemente no es justificable, ya están muertos; mucho menos cuando son manipulados por fuerzas políticas.

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