La Secretaría de Salud del Estado de Querétaro, brinda información referente a la artritis reumatoide; padecimiento que con un diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado es posible mantener en control la enfermedad, en la mayoría de los casos.
La artritis reumatoide, se caracteriza por la inflamación de las articulaciones; produce dolor, deformidad y dificultad para el movimiento, aunque también puede afectar otras partes del organismo. Las molestias y limitaciones que ocasiona, varían mucho de un enfermo a otro.
Esta enfermedad es multifactorial y de origen desconocido, sin embargo, existen diversos factores de riesgo asociados como: genéticos, anormalidades de autoinmunidad y procesos infecciosos.
El dolor articular es el síntoma más frecuente y la hinchazón puede ser más o menos visible por el paciente. Las articulaciones que se inflaman con más frecuencia son las muñecas, los nudillos, las articulaciones de los dedos de las manos y de los pies, los codos, los hombros, las caderas, las rodillas, los tobillos y el cuello.
Además del dolor y la hinchazón, por las mañanas puede haber dificultad para el inicio de los movimientos (rigidez matutina) de duración variable, y que incluso puede durar horas.
La inflamación persistente puede dañar los huesos, ligamentos y tendones que hay alrededor, y como consecuencia aparece una deformidad progresiva de las articulaciones y la pérdida o reducción de la movilidad articular, lo que puede llevar al enfermo a un cierto grado de discapacidad para hacer algunas tareas de la vida diaria.
Para saber si una persona padece una artritis reumatoide, es necesario acudir con un médico, quien valorará los síntomas y realizará una exploración de las articulaciones para comprobar si están o no hinchadas. Los hallazgos que se pueden encontrar en radiografías y algunos estudios analíticos (factor reumatoide) son de gran utilidad para confirmar el diagnóstico.
En la actualidad, no existe un tratamiento curativo para este padecimiento. Los medicamentos que se prescriben permiten controlar la enfermedad. Asimismo, la colaboración entre el enfermo y el médico es fundamental para el control de la artritis reumatoide.
Con el fin de aumentar la calidad de vida de los pacientes con artritis reumatoide, la Secretaría de Salud emite las siguientes recomendaciones: evitar, en lo posible, una vida agitada (con gran actividad o estrés). Dormir de8 a10 horas nocturnas. Es aconsejable comenzar el día con un baño de agua caliente, que contribuirá a disminuir la rigidez o el agarrotamiento matutino. Si hay posibilidad de elegir el trabajo, hay que evitar actividades que precisen esfuerzos físicos, obliguen a estar mucho tiempo de pie, o necesiten de movimientos repetitivos, sobre todo con las manos.
